45. The Power
Compré “The
Power” el pasado verano en mi librería preferida de Sheffield. El título se
había convertido en un best-seller en las últimas semanas y, miraras donde
miraras, había una buena crítica o reseña sobre él así que me lo traje a casa
con ganas de leerlo. Sin embargo, tener las expectativas tan altas, no ayudó a
que la lectura me atrapara. Debo confesar que las primeras 80 páginas las he
leído a trompicones, un poco obligada por las numerosas reseñas siempre
positivas de la novela pero, a mí, no me acaba de enganchar.
Hace un
par de días @CafédeTinta posteó en Twitter que lo había comenzado. Valoro muy
positivamente sus recomendaciones así que volví a rescatar “The Power” de la
montaña de lecturas pendientes. Fue ella la que me propuso una lectura conjunta
a ver si lograba desencallarme y, mira, no sólo ha logrado lo primero sino que
también ha conseguido que vuelva al blog. Y es que como Twitter limita
caracteres he sentido la necesidad de expandir mis ideas sobre esta novela que no
acaba de llegarme al corazón.
La
primera parada pactada es en la página 100 y aquí están mis sensaciones sobre
la lectura:
La
longitud de los capítulos facilita la lectura (son cortos y variados ya que
cada uno se centra en la historia de un personaje concreto) aunque son
episodios cerrados, como cuentos independientes, que no anima a querer saber lo
que pasará próximamente. La amplia localización geográfica también le da un
punto exótico aunque muestre escenas bastante estereotipadas de las mujeres de
cada zona.
A nivel
estructural la novela se presenta como una cuenta atrás. Se inicia a los 10
años de que vaya a suceder algo pero, realmente, no creo que la evolución de la
rebelión necesite 10 años y menos en un mundo conectado a internet donde la
información llega a cada esquina del globo sin problema. Y es justo un
periodista hombre el que da cobertura a las explosiones rebeldes de las
mujeres. Ese poder se encuentra altamente sexualizado a través de su mirada ya
que hay escenas donde se usa como un juego erótico con lo que se queda reducido
a una práctica lujuriosa en la cama. En otras ocasiones, sin embargo, su cámara
lo muestra como un arma altamente violenta contra el género masculino.
Una de
mis críticas a nivel personal, más allá de cómo esté escrita la novela o si ha
desarrollado bien los personajes, es la venganza contra los hombres que está
implícita a lo largo de la historia teniendo como resultado una segregación en
los colegios e incluso la habilitación de lugares y entornos seguros para los
hombres. Por supuesto, ellos responden con la fuerza y la sinrazón, y el poder
se convierte en un arma muy contundente de confrontación. No creo que sea un
mensaje muy positivista y que apoye al movimiento feminista. Ni tampoco
considero que sea una solución plausible para la causa de las mujeres. De
verdad espero que haya un giro argumental en este sentido porque la violencia
no mejora el entendimiento entre géneros. Añadiría también que sólo se tiene en
cuenta a las mujeres y a los hombres, dos facciones biológicas claramente en conflicto.
Entre ambos hay muchos otros colores y diversificación sexual que ni se
mencionan ni se tienen en consideración.
La
heroína, Roxy, aparece pronto como la salvadora de la causa de la Diosa y la
venganza por la muerte de su madre es casi inmediata. Su recorrido es meteórico y no siento que
emocionalmente se muestre mucha evolución.
Allie oye voces (¿tengo que añadir algo más?) y es el
prototipo de mujer traumatizada desde la infancia poco estable mentalmente que
encuentra su propósito vital en un convento donde no hay hombres que puedan
herirla.
Margot,
la política con pocas aspiraciones y madre de una hija con el poder que decide
no hacer público el suyo propio mientras se propone ayudar a las mujeres a
encontrar lugares seguros donde puedan aprender a controlar su chispa. Puede
que sea la única de la que me apetezca saber algo más porque las demás, creo,
que ya el camino lo tienen más que marcado.
Y, lo
último sobre esta primera parte, básicamente, lo que más me ha molestado es el
rol de la religión. ¿En serio que las mujeres necesitamos hacer una revolución
en nombre de la Diosa? ¿No somos suficiente para poder hacer una revolución en
nuestro nombre propio? ¿De verdad necesitamos una supersoldado como Roxy que
tiene características masculinas (dicho por ella misma en varias ocasiones) que
nos salve?
Se me han quitado las ganas de seguir leyendo porque hace tiempo que un libro, aparte de no aportarme nada, me provoca repulsión. Lo acabaré aún con la esperanza de que dé un giro y todo acabe bien.
La
segunda parada ha sido en página 200 y la cosa sigue sin mejorar. Roxy descubre
por fin el verdadero asesino de su madre y tras un episodio más que cruel hace
las paces con su pasado y se convierte en la líder de la organización de su
padre. El lado femenino va directo a los bajos fondos. Roxy, la supuesta
heroína, aprovecha su poder para actividades poco lícitas mientras que Mother Eve
que ahora es encarnada por Allie la apoya hasta la última consecuencia.
Además
los hombres planean su venganza y unen sus fuerzas para crear un ejército. Es
triste leer tanta sed de venganza y odio por ambas filas pero sigue siendo la
línea argumental principal.
Debo confesar
que me entristece mucho este libro porque básicamente es violento y vengativo.
Parece que las mujeres no hemos aprendido nada en tantos años. No me cabe en la
cabeza que podamos odiar tanto, que podamos llegar a ser tan violentas y que,
cuando tenemos la oportunidad de cambiar realmente las cosas, caigamos en los
errores que ya se cometieron en el pasado.
Se me han quitado las ganas de seguir leyendo porque hace tiempo que un libro, aparte de no aportarme nada, me provoca repulsión. Lo acabaré aún con la esperanza de que dé un giro y todo acabe bien.
Y llegó el final y quitando el último episodio sobre el seudónimo del autor, no destacaría mucho más. Las mujeres siguen en la cruzada contra los hombres y el país de Tatiana ha perdido el norte. La represión contra ellos no tiene ningún sentido. La sororidad no debería ser lo que proclama el libro. En cuanto a Allie y su secta. Es no sé ni por dónde empezar. El poder por el poder no lleva a nada bueno y menos si tu dirección te la marcan unas voces que oyes.
Los
hombres intentan contrarestar pero todos sus intentos son infructuosos incluso
su apropiación indebida del poder de las mujeres les sale mal. Es una parodia
muy tosca sobre el género masculino y no creo que aporte nada productivo.
Y lo que
me ha sacado de quicio ha sido el giro de Roxy. La historia romántica con Tunde
es un despropósito y el final… el final no lo quiero destripar pero el modelo
de mujer en la que se convierte no es para nada el modelo de mujer que el
futuro necesita.
En
general, ha sido toda una decepción a pesar de que la forma es interesante. Tal
vez si lo hubiera leído en tono de parodia lo hubiera disfrutado más pero en
los tiempos que corren no quiero ese modelo de mujer violenta y vengativa. Nos
hace un flaco favor en la lucha feminista. Esas mujeres planas, en una sororidad
artificial, en una historia sin fondo, reaccionando sin empatía ninguna y una
heroína que se desinfla al final; esas mujeres no me representan, ni esa historia
es mi historia. Se trata de crear un mensaje global que nos ayude a avanzar y
no repetir los ecos del pasado.
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