22. "Si te mezclas a diario con libros malos, inteligente no te vuelves."

Cuando algo me preocupa o me ronda la cabeza, cuando estoy triste o confusa, cuando tengo que tomar decisiones importantes o he tenido un mal día en el trabajo; me gusta perderme en una librería. Es mi refugio, mi propio paraíso en la tierra. Me gusta dar vueltas por los pasillos, que mis yemas rocen las tapas, que mis ojos lean alguna contraportada, enamorarme de una buena historia y llevármela a casa para disfrutarla íntimamente. El jueves mi mente era una nube borrascosa con mucho ruido interior así que mis pies me guiaron sin pensar a la librería más cercana. Sólo con entrar me relajé y sonreí. Adoro el olor a libros nuevos. Me dejé llevar por mi brújula interna hacia el libro que necesitaba leer. Nunca sé exactamente qué libro busco. Normalmente son ellos los que me encuentran a mí. Más tarde o más temprano las historias que quiero leer acaban entre mis manos sin casi proponérmelo. Y aquel día los afortunados fueron: La renuncia de Edith Wharton, Todo se desmorona de Chinua Achebe, Por qué el mundo funciona perfectamente sin mí de Joost Vandecasteele y Signatura 400 Sophie Divry. Ya los títulos son inquietantes. Qué me llevó hasta ellos, no lo sabré hasta haberlos leído. Habrá que escuchar al oráculo y ver si llego a alguna conclusión de todo ello. Así que tras haber desvelado mis próximas reseñas literarias comienzo con la primera. 
Signatura 400 de Sophie Divry es un “divertimento” que hay que leer. Cada día me gustan más los libros de Blackie Books, no son simples historias. Tras esa apariencia desenfadada en los libros se oculta un tesoro aún por descubrir. Lo mismo sucede con Signatura 400: Un pequeño monólogo de no más de 100 páginas que despierta conciencias contundentemente. Al final va a ser verdad eso que dicen que las cosas buenas vienen en frascos pequeños. En seguida me identifiqué con la protagonista y única narradora de la historia: Una bibliotecaria neurótica que aprovecha el descuido de un usuario (se quedó dormido en la sala de geografía) para desahogarse y explicarle su vida, sus miedos, sus inquietudes, sus neuras, sus paranoias y sus sueños más profundos. No hay más voces en la historia que la de ella pero ni tan siquiera las echas en falta. El monólogo es una liberación para ella. Por primera vez se hace visible, es escuchada; aunque sea a la fuerza.  
La responsable de la sala de geografía (una sala en el sótano que no es para nada concurrida) es un “mujer invisible”, sin nombre, “una taylorizada de la cultura”, una profesora frustrada, una esposa abandonada por su marido que se va con una “burócrata nuclear”. Está llena de manías rayando incluso el síndrome de trastorno obsesivo-complusivo, impecable cumplidora de normas y fetiche de las nucas ajenas. Todo un personaje que a primera vista podría sonar repulsiva pero que esconde una pasión decimonónica que es digna de admirar por los libros, por su trabajo, por la lectura, por Martin. Tiene una vida interior que ya la quisieran muchos. Ideas claras de un mundo que ella mide a través de la biblioteca. El microuniverso bibliotecario se refleja en la sociedad de una forma clara y cristalina. Crítica mordaz a la educación con respecto a la lectura, a las rutinas de ocio, a la jerarquía y a las normas absurdas, a la mala literatura o a los libros que tienes fecha de caducidad, a las relaciones humanas. 
Sophie Divry
Es un libro poderoso. Dice tantas cosas en tan poco espacio que es difícil hacer un resumen exacto. Comparto muchos pareceres con la protagonista, la entiendo porque yo antes era como ella. Hasta que llegó el día en que sentí la necesidad de poner orden a mis pensamientos y empecé a escribir este blog. Siento comunicaros que vosotros sois los usuarios de la sala de geografía a los que el sueño nocturno dejó encerrados y atrapados pero, vosotros, sois libres de seguir leyendo o no. Esa es la diferencia. Vosotros habéis decidido libremente leer a esta “bibliotecaria en el sótano” y con ello me habéis hecho visible. El pobre usuario no tuvo opción, se vio obligado a quedarse allí escuchando las palabras liberadas de la bibliotecaria hasta que el edificio abrió sus puertas al público. Al final sentí mucha pena por ella y, un poco, también por mí. Necesitar hablar y que nadie te vea es muy frustrante. No habría que llegar a ciertos límites, a esperar que el volcán estalle. SPEAK UP!!! (¡¡¡HABLAD!!!). No seáis una bibliotecaria encerrada en un sótano. Subid a la luz y haceros ver. Seguro que lo que tenéis que decir interesa a muchos más de los que podéis llegar a pensar.  


Comentarios

Píramo ha dicho que…
Me gusta bajar a tu sótano de relojes y conversar, cómplices, en la intimidad de las palabras. Pero luego me gusta subir a la superficie, contigo, y mirar al cielo, donde se recortan los campanarios de los relojes atronadores de vida. E imaginar que nos agarramos a sus enormes manecillas, piernas que patalean juguetonas con el abismo debajo y con el peso de nuestros cuerpos cambiamos, traviesos, las agujas a nuestro antojo, decidimos qué hora queremos que suene y, si es preciso, arrancamos las manecillas y las blandimos en la torre, King Kongs poderosos, para amenazar a todos los aviones moscardas que quieren decirnos cómo vivir, cuando nuestra vida es un maravilloso sueño surrealista como éste.
Unknown ha dicho que…
Yo hablo hasta debajo de las piedras, ya lo sabes ^^

Me gusta esta entrada tuya. Personal como todas, agradable. Un poco como el mar, que va dejando su sedimento en la orilla. Así es tu blog.

keeo writing!
André Vergara ha dicho que…
Hola, me gusta tu espacio. Ya te sigo, y, por cierto, también sigo tus cuentos (están buenos). Saludos.
Francisco Arsis ha dicho que…
Pues yo estoy encantado de ser uno de esos usuarios, Érie. Por cierto, dices que te encanta el olor a libros nuevos... y te diré que a mí me ocurre lo mismo pero con el olor a los libros viejos, a los de lance... Por eso, entrar en una librería repleta de estos libros, es para mí como penetrar en el paraíso. Buen post, Érie :o)
Érie Bernal ha dicho que…
Siento haber tardado en contestar. Llevo toda la semana enferma y me cuesta ponerme con el blog.
Píramo: Gracias por este precioso texto. No encuentro las palabras para agradecertelo. Me gusta compartir este "sueño surrealista" en el que vivimos y espero que tardemos en despertar ;-).
Alicia (de incógnito): Bonita analogía de mi blog. Gracias por estar siempre ahí.
Otsoa: Bienvenido!!! Aquí y a mi rinconcito de cuentos. Espero que disfrutes de tu estancia por estos lares. XD
Francisco: A mi realmente me fascinan toda clases de libros: viejos, nuevos, grandes, pequeños... vaya que no discrimino ;-) Tengo pendiente el tuyo!! Me encanta tenerte como usuario.

Un abrazo enorme para tod@s!!

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